7 Hábitos para mantener la Motivación en el Ejercicio

 

Mantener una buena motivación que nos ayude a continuar o mantenernos con el ejercicio puede ser un poco complicado para algunas personas.

Especialmente cuando estamos comenzando, cuando no vemos resultados instantáneos o cuando situaciones externas (trabajo, estrés, etcétera) evitan que podamos mantener una constancia. 

Para que todos esos aspectos no nos afecten en nuestra motivación es necesario cambiar un poco nuestra manera de pensar y de cómo ver las cosas.

Tener un pensamiento un poco más positivo en vez de enfocarnos solo en lo negativo. Suena más fácil decirlo que hacerlo, pero este pequeño cambio ayudará en muchos aspectos de tu vida, no solo en tu relación con la actividad física. 

Cambiar nuestra mentalidad, para muchos no sabemos por dónde empezar. Por ello hoy quiero compartirte 7 hábitos que son pequeños, pero que lograrán encaminarte a hacer ese cambio.

En esta ocasión están enfocados a ayudarte a no perder esa motivación para continuar tu actividad física, cual sea que hayas decidido hacer: Hacer rutinas en casa, yoga, correr, etcétera, pero también podrías modificar el enfoque si lo requieres para otros aspectos de tú vida. 

Objetivos claros y Visualización:  Define un objetivo claro, este debe ser realista. El objetivo debe ser muy específico, para que puedas enfocarte a cumplirlo como: perder peso, ganar fuerza, ganar masa muscular o simplemente hacer ejercicio 1 vez por semana. Entre más específico sea te ayudará a concentrarte y poder lograrlo. 

Una buena técnica que ayudará es la de la visualización, esto es visualizarse o imaginarse logrando ese objetivo al que quieres llegar. 

Recuerda que: Si lo puedes imaginar, lo puedes lograr. Una buena estrategia es utilizar un tablero de visión o Vision board con imágenes, frases que representen tu objetivo y tenerlo siempre a la vista. Este tablero será tu recordatorio diario para motivarte. 

Comentarios Positivos: Nosotros mismos solemos ser nuestros peores críticos y esos comentarios y pensamientos negativos que nos llegamos hacer, afectan mucho más de lo que podemos llegar a imaginar.

Quitar ese hábito puede ser un reto, pero si te enfocas en detalles positivos poco a poco notarás el cambio. Una buena técnica es el escribir 5 cosas positivas de tí como: Hoy me levanté temprano, hoy caminé 10 minutos. Enfócate en esos cambios que has logrado hacer. 

Resistencia durante las dificultades: Cuando no vemos resultados enseguida, cuando sentimos que no hemos avanzado, solemos llenarnos la cabeza con pensamientos negativos: Esto no me sirve, no estoy logrando nada, estoy perdiendo el tiempo. Este va de la mano con el paso anterior.

Es muy fácil perderse y dejarse llevar por los pensamientos negativos, todos nos hemos sentido estancados alguna vez. Una forma de transformar esas dificultades es convertirlos en retos que te ayuden a motivarte: Solo logras hacer 3 flexiones,  reto: lograr hacer 5 al final del mes. Hoy no pude hacer mi rutina: Hoy fue mi día de recuperación, retomo mañana.

Crear una rutina: Establece los días o el día que dedicarás tiempo a realizar tu actividad física y si es posible en qué momento del día lo harás: por la mañana, tarde o noche. Procura no hacer lo mismo todos los días que decidas hacer ejercicio, es decir; si harás dos días a la semana, un día trabaja tren superior y otro tren inferior.

Hacer los mismo ejercicios todo el tiempo se vuelve un poco aburrido y no le das tiempo a tus músculos de recuperarse. Tener variedad en los ejercicios que realizas los diferentes días ayuda a no aburrirse. Recuerda también tener en cuenta los días de descanso o recuperación, estos pueden ser activa o pasiva. 

Si necesitas inspiración de cómo crear una rutina de ejercicios visita mi publicación de “Cómo hacer un plan de entrenamiento efectivo”

Disfruta del viaje: Si bien desde el principio establecimos objetivos específicos que queremos cumplir, también es importante no obsesionarse con ellos y disfrutar la actividad que realizamos. Si no disfrutas el proceso, será más complicado lograr el objetivo. Celebra siempre tus pequeños progresos, porque son el resultado de tu esfuerzo.

Durante el tiempo que realizas tu actividad, procura enfocarte solo en tus ejercicios, es decir; dejar de lado otras preocupaciones o problemas que tengas de trabajo, casa, etcétera. Recuerda que este momento es para tí y tu enfoque debe ser en tí. 

Conexión Mente y Cuerpo: En los puntos anteriores he mencionado mucho este aspecto. Tu estado de ánimo, tus pensamientos negativos o positivos van a influenciar tu progreso y serán un gran determinante para que logres tus objetivos.

Existen varias técnicas o prácticas que te pueden ayudar a modificar los pensamientos negativos a positivos como la meditación o el yoga, pero la más sencilla de todas es escribir. Puedes comenzar una vez al día escribir 5 cosas que agradezcas o 5 cosas que te hacen feliz o 5 cosas buenas que has logrado desde que haces ejercicio.

Es un hábito muy sencillo, que poco a poco ayudará a entrenar tu mente a enfocarse en los aspectos positivos. 

Comunidad: Tener una comunidad con quien compartas tus metas, que te apoye o incluso con quien realizar esta actividad física es de gran ayuda y especialmente motiva a continuar. Tener otra persona o personas con quien compartir este nuevo aspecto de tu vida, te ayudará a estar más motivada y que sea menos complicado el lograr tus objetivos.

Mantener una motivación constante en nuestra actividad física implica un cambio no solo en nuestra rutina de ejercicios, sino también en nuestra mentalidad.

Los pequeños hábitos que mencioné, desde la claridad de objetivos hasta la conexión mente-cuerpo y la importancia de la comunidad, son piezas clave en este rompecabezas de bienestar.

Recuerda, el viaje hacia tus metas no siempre será lineal, pero cada pequeño paso y cada cambio positivo de pensamiento te acercan más a convertirte en la mejor versión de ti mismo.

Así que, celebra tus logros, aprende de los contratiempos y disfruta de cada paso en este emocionante viaje hacia una vida más saludable y motivada. 

El cambio comienza con pequeñas acciones y una mentalidad enfocada en el progreso.